Del sentimiento trágico de la vida es una de las obras cumbre de Miguel de Unamuno, quizá la de más calado filosófico de cuantas escribió. Publicada en 1913, desarrolla y analiza las opciones y respuestas existentes ante la tragedia mayor del ser humano: el miedo a la muerte. De aquí surge, en su intento por aunar razón y fe, el concepto de querer creer y la idea final de vivir y escribir conforme a ella? aunque sea a costa de lanzarse al ruedo de la opinión pública cual Don Quijote moderno. Más de cien años después de su publicación, y a pesar de los avances científicos y los sucesos históricos, el mensaje de Unamuno continúa alimentando nuestra alma y respondiendo a nuestros mayores dilemas.

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme… Así comienza la historia de don Quijote, un voraz lector de libros de caballería, en los que los caballeros andantes recorrían el mundo luchando contra gigantes y liberando princesas. Nada de lo que cuentan esas novelas es verdad, pero tanto le gustaban a don Quijote que decidió convertirse él también en caballero.

Antología poética de un escritor de oro en la Edad de Plata de la literatura española.

Esta antología de Miguel Hernández muestra la evolución de la obra del pastor-poeta desde sus primeros textos, como "Perito en lunas" a sus últimas a sus más emocionantes y personales composiciones del "Cancionero y romancero de ausencias", pasando por los más reivindicativos del "Viento del pueblo".

(Edición de Antonio A. Gómez Yebra)

El mundo está lleno de lugares increíbles con los que todos soñamos. En ocasiones pensamos que solo lo lejano y exótico es atractivo, pero por suerte no es así, tenemos un país repleto de maravillas naturales: desde frondosos bosques hasta desiertos extremos, pasando por increíbles e infinitas playas, pintorescas calas y maravillosos lagos de alta montaña.

Miguel Pardeza (La Palma del Condado, Huelva, 1965) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Estudioso de la obra de César González-Ruano, editó su Obra periodística (1925-1936) en 2002, y los dos tomos que abarcan de 1943 a 1965 en 2003; a las que siguió Necrológicas (2005), del mismo autor. Como narrador, cuenta con dos novelas: Torneo (2016) y Angelópolis (2020). La cola del cometa representa su primera incursión en el género aforístico. Para Carlos Marzal, prologuista del libro que ahora presentamos, «Pardeza es a menudo un humorista trágico, y por lo general un trágico que emplea el humor para no caer en el énfasis, que es la antítesis de la alta literatura».
En sus aforismos, Pardeza se ríe de su figura, pero sobre todo de los figurones, y sonríe ante el paso del tiempo, que es una forma melancólica de recibirlo, de domesticarlo. Como suelen ser los aforistas, Pardeza es a menudo un humorista trágico, y por lo general un trágico que emplea el humor para no caer en el énfasis, que es la antítesis de la alta literatura. Los cometas son cuerpos celestes que orbitan alrededor del sol, un objeto cuyo brillo observamos un instante en el cielo, y luego desaparece. La cola de un cometa nos la imaginamos desplegada, fulgurante en la oscuridad. Así son también los aforismos de Miguel Pardeza: un resplandor mínimo que nos llena de asombro. Así son también nuestros retratos: una presencia breve en el mundo que trata de explicar, aunque sea brevemente, ese mundo que amamos.

A principios del siglo XVI, junto a los portugueses, España intentó alcanzar las ricas tierras de las especias de Oriente mediante una serie de expediciones marítimas, que aunque no siempre lograron su cometido, tropezaron con tierras de mayor importancia e incluso con nuevos continentes. En esos intentos se llegó también a las Filipinas que permitieron establecer una ruta comercial entre España y Asia a través de América mediante el conocido Galeón de Manila.
El archipiélago filipino, de privilegiada posición geopolítica en su entorno oceánico, estuvo expuesto desde el primer momento a toda clase de peligros, a los que no eran ajenos portugueses, holandeses y británicos, ni la temible vecindad que suponían los piratas chinos o los ataques y saqueos perpetrados por los moros de Borneo, Joló y Célebes.
Lejanas y mal comunicadas con la Península, a veces abandonadas por su metrópoli, las islas Filipinas lograron mantener su vinculación a la Corona durante más de tres siglos gracias al empeño de quienes las salvaguardaban. Este es el relato de ese notable esfuerzo cuyo resultado comporta que hoy los filipinos no puedan asomarse a Europa sin olvidar que formaron parte de ese mundo gracias a sus vinculaciones familiares, culturales, lingüísticas y económicas con España.

Cómo no perderse en un mundo de memes, streamers, youtubers, influencers, gamers, tiktokers, vloggers, instagramers…
¿Por qué los jóvenes sueñan con ser youtubers o streamers? ¿Se trata de imitación, de intentar llevar una vida regalada o de pasión por las redes? Los que antes querían ser futbolistas o modelos hoy aspiran a ser influencers y a ganarse la vida a través de Instagram, TikTok, YouTube o Twitch... pero, ¿es una profesión real?
Los geeks (o frikis) se han convertido en una tribu urbana con sus propios hábitos, valores y aspiraciones y su cultura se distingue por el acentuado interés por la tecnología, los videojuegos, la ciencia ficción y «la fantasía». Ellos se perciben como gente creativa que utiliza internet y las redes sociales como canales de interacción e intercambio de conocimientos... pero también como una forma de ganarse la vida. No en vano, los creadores de contenido y sus seguidores son responsables de que las industrias de informática y entretenimiento muevan millones de dólares en todo el planeta y que cuenten con una fecha propia en el calendario: El Día del Orgullo Geek (o Día del Orgullo Friki).
Miguel de Lys, periodista y divulgador con cientos de miles de seguidores en redes, nos explica en qué consiste esta nueva cultura tecnológica y los nuevos formatos de entretenimiento que, bien analizados, no son tan diferentes de los analógicos como podríamos pensar. Por tanto: no te preocupes, lo que hace tu hijo es normal.